Feliz 2023 de lectura

En la isla de Laputa, aquella nación flotante descrita por Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver, hay una escuela de idiomas en la que tres profesores piensan todo el rato en mejorar la lengua del país. Uno de sus proyectos consiste en renunciar a las palabras. Hablar desgasta los pulmones y acorta la vida, intuyen los laputianos. La solución: dado que las palabras solo nombran cosas, sería mucho más práctico que cada uno llevara encima las cosas que le fueran necesarias para expresar aquello que quisiera. El único inconveniente es que a quien le gusta dilatarse o hablar sobre muchos y variados asuntos tendría que acarrear fardos y alforjas repletas de trastos porque las conversaciones se convertirían en desfiles de objetos y gestos.

Imagina ahora que las discusiones de las comidas familiares navideñas se llevaran a cabo según el método laputiano. Cada cual pensaría con meses de antelación lo que llevaría a cada reunión; las empresas de alquiler de camiones y furgonetas tendrían todo reservado desde septiembre; la casa del encuentro se llenaría de sacos, bolsas y cajas y no serían de regalos. Durante la comida cada cual metería la mano en su costal y sacaría alguna cosa que agitaría en el aire. Quizá tu madre te reprocharía que no vienes a verla descarrilando un trenecillo en la sopa de las pilotes; tu tío te recomendaría buscar un trabajo de verdad abanicándose con un billete de mil pesetas y tu primo haría círculos en el aire con un cubata en cada mano; te estaría explicando algo importante de la vida, pero seguramente no le entenderías. En esta imaginaria circunstancia, te recomendaría que llevaras un libro. No sabría muy bien qué podrías decir con esa cosa, pero como los aspavientos no hacen ruido sí podrías refugiarte en la lectura un rato.

Ese libro podría ser alguno de los que hemos editado este 2022.

Empezamos el año con El mal del chamán, la última de las obras del reportero polaco Jacek Hubo-Bader sobre Rusia. En esta ocasión viaja hasta los confines helados de Siberia para asomarse al vacío que dejó la fe comunista. Al retorno de un pueblo a una identidad anterior, previa al País de los Sóviets y basada en el animismo. Hoy en Rusia hay más chamanes, brujos y trabajadores extrasensoriales registrados que médicos colegiados. Vodka, tundra y pensamiento mágico en Rusia. El broche al proyecto de narrar la descomposición del imperio soviético en el que Hugo-Bader lleva inmerso más de treinta años.

Continuamos con el lanzamiento de la colección bastardilla, que tuvo el lujo de abrir con Leer mata, de Luna Miguel y A pie de página, de Fernando Castro. Ambos son dos libros sobre el placer, el vicio y los efectos colaterales de la lectura. Pronto habrá más, pero estas dos no me las perdería.

En septiembre publicamos El libro de los venenos, de Antonio Escohotado; un libro que preparábamos cuando falleció y que terminó por convertirse en un homenaje literario a su gran trabajo como investigador en el campo de las drogas. De la A a la Z y a través de una selección de fragmentos de la obra de Escohotado, este libro recorre la historia y sus conceptos. Los hongos que se tomaban en los misterios helénicos a los que acudieron Platón, Aristóteles, Cicerón o Adriano. La ola prohibicionista orquestada por los Estados Unidos durante el siglo XX. La relación que literatos como Edgar Allan Poe o Baudelaire tuvieron con el hachís o el opio. Los márgenes de seguridad, la toxicidad y la posología de sustancias como el alcohol, la cocaína, la LSD o la MDMA.

A este le siguió Yo, precario, de Javier López Menacho; una edición ampliada y con nuevas crónicas de un proyecto literario que comenzó hace diez años con la voluntad de recoger las experiencias, vejaciones y desilusiones que el autor se ha encontrado mientras saltaba de un trabajo temporal a otro. Es el testimonio lúcido de una precariedad que aún perdura y una crónica que narra pensando y cuestionando el trabajo como centro de la identidad contemporánea.

La última novedad del año fue ¡El gran Pan ha muerto!, un libro inclasificable y delicioso; un ensayo portentoso compuesto por ensayos más breves. Una torre de Jenga literaria en la que cada pieza sostiene y desestabiliza a las demás; un libro fractal y, al mismo tiempo, un tratado caótico y obsesivamente ordenado con el dios Pan, aquel sátiro colérico de la antigüedad, como protagonista. Además, trae un prólogo de Miguel de Unamuno. Y esto último no es fake.

Cualquiera de estos serviría.

Te envío mucho ánimo para estas fiestas y te deseo un feliz 2023,

Raúl E. Asencio

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