Maradona en Huamuahuaca

Épica futbolística, cultura deportiva.

Vicent Chilet concibe el clímax de la pasión futbolera a la manera orteguiana: no puede entenderse el gol sin su circunstancia. En esta crónica que traspasa géneros, el autor traza el retrato literario de veinticinco goles, trascendentes y anónimos, envueltos por una historia que los hace eternos. Los tantos seleccionados proponen un viaje épico a las dos guerras mundiales, a desérticas latitudes andinas, a las prisiones en el Apartheid, al barro inglés, a los campos de tierra de provincias, a la Alemania de la Stasi o al sanguinario Chile de Pinochet. Goles, incluso, fantasmagóricos como los de Maradona en Humahuaca, aquel «alejado rinconcito de la patria» que visitó la todopoderosa selección argentina del 86 para preparar el Mundial.


«Todo aquel que quiera contar una historia debe manchar sus botas de polvo, cruzar fronteras, saber escuchar y saber preguntar, como Vicent Chilet, trotamundos incansable con ojos de niño».

Toni Padilla, en el prólogo.

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Primera edición: mayo de 2018
ISBN: 978-84-17496-06-7
PVP: 13,30 €
Formato: 14 x 21 cm. | rústica con solapas
Páginas: 152

Víctor Hugo es, además, uno de los habitantes de este pueblo andino que afirman que el 10 de enero de 1986 participaron en la «heroica obstinación» de vencer, con los colores del Club Sportivo Humahuaca, a la selección argentina más mítica de la historia. Prosigue su discurso con la solemnidad teatral de un recital de poesía: «En este alejado rinconcito de la patria, mi señor, la selección argentina cayó derrotada por 6-4». Otros vecinos, que se acercan a los 60 años y tienen la piel quemada por el sol, se unen a la conversación y aseguran haber participado en la derrota no contada de Maradona. Afirman que Carlos Bilardo, seleccionador argentino, mandó a su equipo a estos lares para que se adaptaran en una pequeña pretemporada a la altura que encontrarían en el Mundial de México. Se alojaron en el Hotel Turismo, un viejo establecimiento con amplios salones, piscinas vacías y columpios mecidos por el viento. El relato de Víctor Hugo adquiere los tintes fantasiosos de todo recuerdo mitificado. La estricta realidad se confunde durante las fuertes rachas de viento arenoso que se levantan a partir de las cuatro de la tarde: ese fue el modo en que la diosa Pachamama, sostiene en verso el narrador, se manifestó a favor del Club Sportivo Humahuaca para menguar la infinita superioridad albiceleste.

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