Querido lector:
Me gustaría empezar esta entrada con una confesión. Reconocer que, efectivamente, tanto Elizabeth Duval como todos y cada uno de los componentes de La Caja Books estamos en nómina de George Soros; que somos miembros ejemplares de lobby posmoqueer; que conseguimos colar el adelanto de Después de lo trans en la portada de Babelia gracias a la influencia de nuestra logia rojo-identitaria y que, si el libro ha tenido el acierto de salir en una fecha oportuna y favorable se debe a la acción de la mano invisible que, por alguna razón y gracias a Dios, también ha decidido acariciarnos el lomo.
Cómo me encantaría confesar y que fuera verdad, pero no puedo. La realidad es otra. El libro, ya lo comentaba en un correo anterior, comenzó a gestarse a mediados de 2019 e iba a publicarse un año después, en septiembre de 2020, aunque decidimos aplazarlo. Razones no faltaban: Elizabeth había sacado dos libros ya ese año, la pandemia dibujaba un horizonte incierto y, lo más importante, la escritura requería más tiempo. No hay más. De ahí que lo retrasáramos a marzo de 2021.
Nos enteramos de que había nuevo borrador de la ley trans cuando el libro ya estaba en producción y a punto de salir a la venta. Curiosidad industrial: el proceso de impresión de un libro abarca unas tres semanas y el de distribución –desde que el libro sale de la imprenta y llega a las librerías- otras dos. No obstante, mientras Después de lo trans seguía su cauce, Elizabeth pensaba y escribía en torno al borrador. De manera que cuando a los pocos días de su lanzamiento el libro comienza a agotarse, nos preguntamos si hacer una simple reimpresión u otra edición nueva que contuviera los comentarios y reflexiones.
Optamos por la segunda opción y, a pesar de que la nueva versión tenía una veintena de páginas más, decidimos mantener el precio y ofrecer esa nueva parte en abierto para todos aquellos que ya se hubieran hecho con la primera edición (leer aquí). Es poco habitual lanzar una edición ampliada tras la primera edición, pero también es poco habitual que ocurra un hecho crucial para el contenido del libro en el momento en el que este está en sus últimos estadios de producción.
La realidad es fría y falta del relato efectista de la conspiración, lo sé, pero así han salido las cosas. La fecha de publicación ha sido consecuencia de una acumulación de circunstancias que, sin ser azarosas, no guardan relación entre sí y el éxito mediático del libro, lo siento, vuelvo a disculparme por la aridez de la verdad, tiene más que ver con la calidad literaria del ensayo, con el interés que despierta Elizabeth en la prensa y en los lectores y con su insólita habilidad para gestionar su exposición pública y su capital cultural –sea lo que sea eso- que a otra cosa.