De media, la piel representa una sexta parte del peso total de un cuerpo humano. Extendida sobre tierra, ocuparía una superficie de dos metros cuadrados, como una toalla de playa, más o menos. Y otro dato que me he encontrado buscando en Internet y que elijo creerme, porque es bonito: las células sensoriales de la piel tardan 0,9 segundos en detectar un pinchazo, pero solo 0,12 segundos en detectar una caricia.
Nada de esto aparece en El peso de la piel, claro. El título del último libro de Margo Rejmer, que publicamos esta semana en La Caja Books, es más bien una clave de lectura. «El peso de la piel» no se mide en kilogramos ni puede extenderse como un mantel, sino que representa la carga íntima y colectiva de los habitantes de los Balcanes, transmitida de generación en generación, y a la que la periodista polaca ha tratado de darle forma: primero con sus reportajes literarios (Bucarest. Polvo y sangre y Barro más dulce que la miel) y ahora desde la ficción, con esta antología de diez cuentos que bebe directamente de la tradición oral balcánica.
Rejmer, decíamos, había fijado un canon personal de reportaje riguroso y compasivo, pero se desprende de los hechos y acude a la literatura para escribir El peso de la piel. Y esto no es una huida ni un ornamento, sino una decisión llena de sentido dentro de la óptica periodística. Porque los diez relatos que forman esta antología llegan allá donde la crónica no puede, y forman un universo que continúa explorando el pasado y el presente de los Balcanes; esta vez, desde una óptica distinta, con las herramientas narrativas que, durante siglos, han explicado el mundo para la sociedad balcánica.
Así pues, la periodista convoca el folklore y las creencias paganas que perviven, hoy mezcladas con los mitos contemporáneos. En cuentos como La zorra, Mi luna tiene los ojos verdes o La mala bailarina, recoge visiones, sueños proféticos y figuras de sabiduría femenina y articula un realismo simbólico, donde lo sobrenatural y lo cotidiano coexisten con naturalidad. Todo ello en unos entornos en los que supuran traumas pasados y presentes, en el seno de unas familias en las que las secuelas de las guerras y las dictaduras conviven con las heridas de hoy (la intemperie digital, el conflicto entre la tradición patriarcal y los derechos de la mujer, la exclusión LGTBiQ+…).
Mientras su oído periodístico sigue sosteniendo todo lo verosímil, su imaginación abre grietas por las que entra el aire de la fábula.
Es en esta intersección entre reportaje y cuento donde reside la ambición del libro, pues. En El peso de la piel, la ficción es una herramienta de verdad: no solo cuenta el trauma, sino que lo encarna y lo hace sensible. Y lo consigue a partir de un trabajo de inmersión en la tradición oral balcánica, un trabajo periodístico que sustenta y arraiga la ficción original de los diez cuentos de esta antología.
Esta semana llega a librerías esta antología, una de nuestras tres novedades para este otoño lector. Esperamos despertaros el apetito y que os lancéis al viaje que propone Margo Rejmer. Estamos seguros de que cuando lo acabéis notaréis, en toda su concreción, el peso de la piel.